La tumba
La
mastaba:
La mastaba surge durante el periodo protodinástico de Egipto. Es
el tipo más característico de tumba, con aspecto de una pirámide truncada de
base rectangular, en la que había una pequeña habitación, para las ofrendas y
una capilla, decoradas.
La cámara mortuoria, bajo tierra, a la que se accedía por un
pozo, desde la cubierta, se sellaba una vez depositado el cadáver. Las mayores
tienen hasta cincuenta cámaras entre capillas y almacenes para depositar las
provisiones y el ajuar.
Los complejos de las
pirámides
Las pirámides eran parte de un conjunto funerario,
surgiendo como grandes edificaciones monumentales en la época de Dyeser (Zoser) faraón de dinastía III, resurgiendo durante el Imperio Medio, aunque erigidas con
ladrillos de adobe y revestimiento de piedra. Las últimas
pirámides, aunque menores y más estilizadas, se construyen durante la dinastía XXV, en y se encuentran en
las necrópolis de Meroe y Napata.
Los complejos funerarios, habitualmente, están integrados por:
·
La pirámide, componente simbólico primordial de todo el
conjunto, con la cámara funeraria real en su interior a la que se accedía por
un pasaje desde la cara norte.
·
Las pirámides secundarias, utilizadas como enterramientos de las
esposas del faraón o como monumentos funerarios.
·
El templo alto, situado junto a la cara este de
la pirámide, que servía para perpetuar la memoria del faraón.
·
El templo del valle, en la ribera del río Nilo, o de un canal, con un
embarcadero.
·
La calzada procesional, que comunicaba el templo alto con el del
valle, decorada con bajorrelieves.
·
Las Barcas
solares, enterradas en fosos, para que el faraón pudiera navegar por el cielo
para encontrarse con el dios Ra.
·
El recinto amurallado que rodeaba la pirámide y parte del
conjunto.
El faraón Seneferu,
primer rey de la dinastía IV,
padre de Jufu, ordenó construir
tres inmensas pirámides diferentes. La pirámide de Jufu (Keops) se incluyó
entre las Siete Maravillas del
Mundo y es la única de estas
siete que ha perdurado hasta nuestros días.
El hipogeo
Las tumbas de los faraones del Imperio Nuevo fueron excavadas en
los valles y laderas de las montañas occidentales de Tebas, en el Valle de los Reyes, durante quinientos
años. En el Tercer periodo
intermedio, los dignatarios de la dinastía
XXI, ya se hacen enterrar debajo del propio templo de Amón, en Tanis, nueva capital, pues la
necrópolis tebana sufría continuos expolios.
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